¿Cuánto gana un dentista al mes en España? Guía completa en primera persona

Tabla de contenidos

¿Cuánto gana un dentista al mes en España? Guía completa en primera persona

Ismael Cerezo

Como dentista con años de experiencia en España (y habiendo gestionado mi propia clínica), a menudo me preguntan “¿cuánto gana un dentista al mes en España?”. La realidad es que no hay una cifra única, pues el sueldo de un odontólogo depende de muchos factores: experiencia, especialidad, tipo de clínica donde trabaje, e incluso ubicación geográfica. En esta guía te voy a contar, en primera persona y de forma natural, cuáles son los salarios típicos de los dentistas españoles al mes, desglosando por trayectoria profesional, sector público o privado, comunidad autónoma y especialidad. También compartiré consejos prácticos para mejorar los ingresos y cómo soluciones integrales como Cherry Health pueden ayudar a los dentistas a superar los retos de la profesión. ¡Vamos allá!

cuanto ganan los dentistas

Dentistas por cuenta ajena: sueldo en clínica privada vs. sanidad pública

Para empezar, hablemos del salario de un dentista empleado por cuenta ajena, ya sea en una clínica dental privada o en la sanidad pública. En España, los dentistas trabajan mayoritariamente en el sector privado (clínicas, franquicias, compañías aseguradoras), aunque también existen plazas públicas (hospitales o centros de salud, generalmente ocupadas por odontólogos de atención primaria). La diferencia de sueldo entre trabajar en una clínica privada y en el sistema público puede ser considerable, siendo por lo general más alta la remuneración en la clínica privada (aunque con menos estabilidad) y algo más baja en la sanidad pública (a cambio de mayor estabilidad y horarios más regulados).

Desde mi propia experiencia, los comienzos en esta profesión suelen tener sueldos modestos, pero crecen rápidamente con los años de práctica. Para darte una idea concreta, según datos recopilados en 2024-2025, el salario bruto anual de un dentista contratado en España suele situarse aproximadamente en estas cifras:

¿Listo/a para abrir tu clínica?

Te acompañamos en cada paso.
Queremos conocer tu proyecto y ayudarte a hacerlo realidad.

Solicita tu asesoramiento GRATUITO Solicita tu asesoramiento GRATUITO
  • Dentista novel (0–3 años de experiencia): ~25.000–30.000 € brutos al año (unos 1.800–2.100 € brutos al mes). Es común empezar con sueldos en torno a 1.000–1.500 € al mes si se está en prácticas o con poca experiencia. Muchos recién graduados rondan los 1.000 € mensuales al inicio, especialmente en puestos junior de asistente o en cadenas grandes, lo cual puede resultar un poco desalentador al principio.

  • Dentista con 4–9 años de experiencia: ~60.000 € brutos/año en promedio, pudiendo oscilar entre Forty. (Esto equivale a unos 5.000 € brutos al mes; un salto importante gracias a la experiencia acumulada.)

  • Dentista senior (10–20 años de experiencia): ~95.000–100.000 € brutos al año de media. Muchos dentistas veteranos superan los 90.000 € anuales, alcanzando o incluso sobrepasando los 8.000 € brutos al mes.

  • Dentista muy experimentado (+20 años): >100.000 € brutos al año no es inusual para perfiles con más de dos décadas en la profesión, prestigio y cartera de pacientes consolidada. En estos casos se pueden ver sueldos mensuales que superan los 9.000 € brutos.

Nota: Estas cifras son orientativas y promedian datos de portales de empleo recientes. En términos generales, la media salarial de un odontólogo en España ronda los 52.000–66.000 € brutos anuales, lo que equivale a unos 4.300–5.500 € brutos al mes, situando a los dentistas muy por encima del salario medio nacional. En términos netos (después de impuestos), estaríamos hablando de aproximadamente 3.000–4.000 € al mes de media neta para un dentista a jornada completa. ¡Nada mal! Ahora bien, esto suena genial, pero tiene matices: no todos los dentistas alcanzan esas cifras desde el principio ni en cualquier circunstancia.

Los dentistas jóvenes suelen empezar con sueldos bajos, como comentaba. Recuerdo que en mi primer trabajo tras licenciarme, mi sueldo rondaba los 1.200 € mensuales trabajando en una clínica franquiciada. Es frecuente comenzar en puestos junior donde el salario base puede estar entre 12.000 y 20.000 € brutos al año. Afortunadamente, conforme vas ganando rodaje, este aumenta rápidamente. En mi caso, tras unos pocos años ya había duplicado mi sueldo inicial. La experiencia es uno de los factores más determinantes: un dentista con ~10 años de carrera puede ganar hasta un 60% más que la media del sector, y con 20 años puede incluso doblarla. En otras palabras, tu nómina crece escalonadamente a medida que avanzas en la profesión.

Otro factor importante es el tipo de empleador. En clínicas dentales privadas los sueldos suelen ser más altos que en la sanidad pública. Por ejemplo, un odontólogo general en una gran clínica privada o franquicia (Vitaldent, Sanitas, etc.) puede estar en la horquilla de 3.000–5.000 € brutos mensuales según su experiencia, mientras que en la sanidad pública un dentista (odontólogo de atención primaria) quizás gane del orden de 2.500–3.500 € brutos al mes. La diferencia se debe a que el sector público se rige por tablas salariales de funcionario (que tienden a ser más bajas en odontología) pero ofrece mayor estabilidad laboral, jornada cerrada y otros beneficios. En cambio, en lo privado se paga más pero hay más presión por objetivos y a veces jornadas intensivas.

Hablando de objetivos, muchas clínicas privadas utilizan esquemas de bonus o comisiones para complementar el sueldo base del dentista. Es decir, además de tu salario fijo, puedes recibir un porcentaje de la facturación por los tratamientos que realizas o por la venta de determinados servicios y productos odontológicos. En mi etapa trabajando para una cadena dental, recibía comisiones por cada tratamiento de implantes que realizaba. Estos incentivos pueden aumentar significativamente el ingreso mensual si tienes buena mano captando y reteniendo pacientes. Por ejemplo, un dentista en una franquicia puede tener un sueldo base de 2.500 € al mes y acabar cobrando 4.000 € ese mes gracias a comisiones por altos volúmenes de trabajo o tratamientos caros realizados. También influye el horario: algunos centros pagan extras por trabajar en horarios poco deseados (noches, fines de semana), algo que un dentista joven a veces aprovecha para engordar su nómina.

En resumen, como empleado por cuenta ajena un dentista en España puede ganar desde unos 1.000–1.500 € al mes al inicio, hasta 6.000–8.000 € mensuales o más en etapas avanzadas de su carrera, especialmente en el sector privado. La horquilla es amplia, sí, pero refleja cómo esta profesión recompensa la experiencia y la especialización. Y si sientes que el techo salarial en una clínica ajena se te queda corto, muchos dentistas optan por dar el salto y montar su propia clínica en busca de mayores ingresos y autonomía. (Yo mismo tomé esa decisión tras unos años de trabajar para otros). Eso sí, emprender conlleva sus retos… y más adelante te contaré cómo contar con un aliado como Cherry Health hace mucho más sencillo dar ese salto de empleado a propietario de clínica.

Dentistas autónomos con clínica propia: ingresos, gastos y potencial

Ser dentista autónomo (trabajar por cuenta propia) abriendo tu propia clínica dental es el sueño de muchos profesionales de la odontología. ¿Quién no ha pensado alguna vez en “poner su propio consultorio” y ser su propio jefe? La gran pregunta es: ¿cuánto gana un dentista con su propia clínica al mes? Aquí la respuesta es muy variable, porque no hay un “sueldo fijo” cuando eres propietario, sino que tus ingresos dependen de los beneficios que genere el negocio. En otras palabras, tú no cobras un salario, cobras lo que queda tras pagar todos los gastos de la clínica.

Para entenderlo, imagina una clínica dental modesta que factura 10.000 € al mes por tratamientos. De esos 10.000 €, hay que restar todos los gastos de mantener la clínica: alquiler o hipoteca del local, sueldos de higienistas/auxiliares y recepcionistas, material odontológico, laboratorio protésico, amortización de equipos, licencias, agua, luz, seguros, impuestos, etc. Pongamos que todos esos gastos suman 6.000 € al mes. El resultado es que al dentista dueño le quedarían 4.000 € netos mensuales como ingreso personal (antes de impuestos personales de autónomo). Si en cambio lograse facturar 20.000 € con los mismos gastos de 6.000 €, su ingreso subiría a 14.000 € (vemos que la rentabilidad puede crecer mucho si se aprovecha la estructura fija).

En general, montar tu propia clínica te da la posibilidad de ganar más que trabajando para otros, pero introduces una gran variabilidad en tus ingresos. Dependerá de lo bien que funcione el negocio. He visto colegas con clínicas pequeñas en barrios humildes que, tras pagar gastos, apenas se quedan con 2.000–3.000 € al mes para ellos (lo cual puede ser similar a un sueldo por cuenta ajena). Por otro lado, clínicas bien gestionadas en zonas de alta demanda pueden dejar beneficios de 80.000–100.000 € al año o incluso más a sus propietarios (hablamos de más de 8.000 € al mes de ganancia para el dentista emprendedor). De hecho, algunos análisis sitúan el ingreso medio de los odontólogos autónomos en torno a 100.000 € brutos anuales, considerando que muchos dueños de clínicas acaban ganando muy bien tras años de crecimiento. Pero cuidado: la mayoría de las nuevas clínicas tardan un tiempo en despegar y es común que los primeros años los beneficios no sean tan altos. Un estudio reciente apuntaba que casi la mitad de las clínicas dentales en España factura menos de 250.000 € al año; haciendo números, eso implicaría que el odontólogo propietario podría estar ganando del orden de 30.000–40.000 € anuales en esos casos (muy por debajo de los topes máximos, pero aún un buen vivir).

Algo positivo de ser autónomo es que tienes control sobre tu horario y estrategias, y además cuentas con ventajas fiscales (puedes deducir gastos de la actividad, invertir en mejorar la clínica, etc.). Sin embargo, también asumes todos los riesgos: si un mes baja la facturación porque hay menos pacientes, tus ingresos personales bajarán; si viene una pandemia y hay que cerrar, los gastos fijos siguen corriendo; si inviertes en un equipo caro, sale de tu bolsillo. En mi caso, cuando abrí mi clínica, descubrí lo duro que es al principio atraer suficientes pacientes para cubrir todos los costes. Tuve meses iniciales en que prácticamente “cubrí gastos” y poco más. Con el tiempo y mucho esfuerzo, la situación mejora y los ingresos pueden superar con creces cualquier sueldo que te pagaría un tercero, pero hay que tener resiliencia.

¿Qué puede hacer un dentista emprendedor para aumentar las probabilidades de éxito de su clínica y alcanzar antes buenos ingresos? Lo principal es planificar muy bien la apertura y gestión. Elegir una buena ubicación, estudiar la competencia en la zona, calcular bien la inversión inicial necesaria y tener un colchón para los primeros meses, hacer marketing para darte a conocer… Son muchas tareas y a veces no estamos formados en negocios. Aquí es donde contar con ayuda experta marca la diferencia. Existen herramientas y servicios integrales pensados para apoyar a los odontólogos que deciden montar su consulta. Cherry Health, por ejemplo, es una empresa especializada en aperturas “llave en mano” de clínicas dentales para dentistas emprendedores. Su equipo se encarga prácticamente de todo el proceso: realiza un estudio de viabilidad económica y de mercado (para asegurarse de que la ubicación y el proyecto tienen futuro), gestiona todas las licencias sanitarias y burocracia de apertura (un verdadero dolor de cabeza quitado de encima), coordina la obra de adecuación del local y el equipamiento completo con proveedores homologados (para que tu clínica quede impecable y a la última tecnología), e incluso ofrece financiación de hasta el 80% del proyecto sin necesidad de avales personales (lo cual es un alivio enorme, ya que montar una clínica puede requerir fácilmente una inversión de decenas de miles de euros). Además –y esto me parece crucial– Cherry Health implementa estrategias de captación de pacientes desde el día uno: hacen marketing digital, SEO local, campañas en redes y Google Ads, etc., de forma que cuando abras la puerta ya tengas la agenda llenándose. Cuando conocí este modelo “llave en mano”, pensé: ¡ojalá hubiera existido o lo hubiera sabido cuando monté mi clínica! Me habría ahorrado muchísimos desvelos.

En resumen, si trabajas por cuenta propia puedes ganar notablemente más que como empleado, pero también asumes más riesgos y cargas. La clave está en apoyarte en herramientas y en buenos profesionales para gestionar la clínica eficientemente. Hoy día, por suerte, contamos con empresas como Cherry Health que asesoran al odontólogo emprendedor en cada paso, reduciendo drásticamente los obstáculos financieros y administrativos de emprender. Gracias a este tipo de apoyos, cada vez es más viable para un dentista abrir su consulta y recuperar la inversión en tiempo récord, enfocándose en lo que realmente le gusta (tratar pacientes) mientras expertos se encargan del resto.

interior de clínica dental moderna

¿En qué comunidades autónomas ganan más los dentistas? Diferencias regionales

La ubicación geográfica es otro factor importante en el salario de un dentista en España. Nuestro país tiene variaciones económicas significativas entre regiones, y eso se refleja también en los sueldos ofertados a los odontólogos. No gana lo mismo un dentista en Madrid que uno en un pueblo pequeño, incluso con la misma experiencia y cargo.

En líneas generales, Madrid, Cataluña y País Vasco tienden a ser las comunidades donde un dentista puede cobrar mejores sueldos. Son regiones con mayor nivel de vida, más demanda de servicios sanitarios privados y, en el caso de las dos primeras, con gran concentración de población (y pacientes potenciales). Por ejemplo, un odontólogo trabajando en Barcelona puede tener un salario promedio superior a 90.000 € brutos al año, según datos de portales de empleo, mientras que en localidades pequeñas –pongamos, un pueblo de Asturias como Llanes– ese promedio apenas llega a 38.000 € al año. ¡La diferencia es abismal, más del doble entre un gran núcleo urbano y una zona rural!

Ahora bien, estos extremos también llevan aparejadas diferencias en costos y mercado. En ciudades grandes hay más pacientes, sí, pero también más competencia entre clínicas y gastos operativos más altos (alquileres caros, sueldos de personal más elevados). En zonas más pequeñas o rurales, un dentista quizás tenga menos competencia y costes menores, pero también menos volumen de pacientes dispuestos a pagar por ciertos tratamientos avanzados. En mi caso, he notado que colegas que se fueron a trabajar a provincias con menos saturación de dentistas lograron fidelizar pacientes más fácilmente, aunque sus tarifas por tratamiento eran algo más bajas que las que se manejan en Madrid.

Según estudios del sector, en Madrid y Barcelona un dentista recién titulado (1–4 años de experiencia) podría empezar ganando unos 26.000–31.000 € brutos anuales, mientras que en Valencia o Andalucía esa cifra inicial baja a 21.000–26.000 €【*】. Sin embargo, con más experiencia las diferencias tienden a equilibrarse un poco: en casi todas las regiones, un dentista con muchos años de trayectoria puede aspirar a acercarse a 40.000–50.000 € brutos al año o más trabajando por cuenta ajena. Aun así, las comunidades autónomas más ricas siguen liderando en topes salariales.

En la sanidad pública ocurre algo parecido: las CCAA con mayores presupuestos ofrecen salarios ligeramente superiores para sus odontólogos de sistema público, aunque la diferencia no es tan marcada como en el sector privado (ya que los sueldos públicos se nivelan más a nivel nacional).

Entonces, ¿conviene mudarse a donde paguen más? Depende. Muchos dentistas jóvenes emigran a grandes ciudades buscando mejores oportunidades salariales y formativas. Es cierto que en Madrid o Barcelona hay más clínicas de alto nivel que contratan, y también más pacientes dispuestos a tratamientos costosos, lo que puede traducirse en mayores ingresos (especialmente si trabajas a comisión por tratamientos realizados). Por otro lado, en regiones más pequeñas puedes destacar más fácilmente y quizás abrir tu propia clínica con una inversión menor (por ejemplo, el alquiler de un local es mucho más asequible en una ciudad mediana que en la capital).

Una recomendación personal: si planeas emprender abriendo tu clínica, estudia muy bien la zona donde lo harás. A veces “pagan mejor” en tal sitio simplemente porque “cobrarle más al paciente es posible en ese mercado”. No es lo mismo poner una clínica en el centro de Madrid (donde puedes ofrecer implantes a precio premium) que en una localidad con menor poder adquisitivo. De nuevo, aquí entra en juego el análisis previo. Cherry Health, en su asesoramiento, realiza estudios de mercado y de ubicación para cada clínica que ayuda a montar, identificando dónde hay demanda insatisfecha de servicios dentales. Esto me parece valiosísimo porque garantiza que el proyecto nazca en un lugar rentable. Así que la ubicación ideal es aquella donde haya equilibrio entre alta demanda y competencia asumible. Si aciertas con la región y la ciudad, tu nivel de ingresos como dentista (sea empleado o propietario) lo notará para bien.

comunidades autonomas donde ganan más los dentistas

Sueldo según la especialidad odontológica: ¿qué dentistas ganan más?

Dentro de la odontología existen múltiples especialidades (ortodoncia, endodoncia, cirugía oral, implantología, odontopediatría, periodoncia, prótesis dental, etc.), y debo decir que la especialización es uno de los factores que más influye en el salario de un dentista. No todos los dentistas ganan igual: no es lo mismo un odontólogo general que un ortodoncista de renombre. Las especialidades más complejas o de mayor demanda suelen conllevar honorarios más altos, mientras que otras áreas más rutinarias o preventivas quedan en niveles inferiores de remuneración.

Para verlo claro, aquí van algunos valores aproximados de salario anual por tipo de especialista dental en España:

  • Odontólogo general (dentista generalista): ~45.000–50.000 € brutos/año de media. Es la referencia para un dentista sin especialidad marcada, que realiza un poco de todo (empastes, limpiezas, extracciones simples, etc.).

  • Ortodoncista: ~65.000–75.000 € brutos/año de media. La ortodoncia (aparatos, alineadores invisibles tipo Invisalign, etc.) es muy demandada y puede llegar a cifras altas. Muchos ortodoncistas superan los 70k al año, y si combinan con estética dental incluso más.

  • Implantólogo / Cirujano implantológico: ~70.000 € brutos/año de media. Colocar implantes dentales y hacer cirugía oral es bastante lucrativo, dado el alto precio de estos tratamientos. Los implantólogos experimentados a menudo pasan de 70k fácilmente, y los mejores pueden acercarse a 100k.

  • Endodoncista: ~25.000–30.000 € brutos/año de media. La endodoncia (tratamientos de conductos) pese a ser técnica, está más limitada en honorarios y volumen, por lo que suele estar en el rango bajo. Muchos dentistas generales hacen endodoncias, pero los especializados en exclusiva no suelen tener ingresos muy altos salvo que combinen con otros procedimientos.

  • Odontopediatra: ~35.000–45.000 € brutos/año de media. Los odontólogos infantiles ganan algo menos que un general, ya que sus tratamientos suelen ser más preventivos y de menor coste, aunque esto puede variar.

  • Periodoncista: ~50.000 € brutos/año aproximados. Especialistas en encías y periodontitis pueden ganar similar a un general o un poco más, especialmente si realizan cirugías periodontales avanzadas.

  • Protésico dental: ~20.000–25.000 € brutos/año de media. Ojo, un protésico no es un dentista sino el técnico de laboratorio que fabrica prótesis, pero lo incluyo como comparación en el ecosistema odontológico: sus ingresos están entre los más bajos del sector.

  • Cirujano maxilofacial: >100.000 € brutos/año en muchos casos. Aquí hablamos de palabras mayores: un cirujano oral y maxilofacial es en realidad un médico especializado vía MIR, y sus ingresos pueden dispararse. Los casos top de cirujanos maxilofaciales en clínicas privadas de élite incluso llegan a 150.000–200.000 € al año, especialmente si compaginan con cirugía estética facial. Es la excepción ultra-especializada dentro del ámbito dental.

Como ves, la ortodoncia, la implantología y la cirugía maxilofacial están entre las especialidades mejor pagadas, mientras que higiene, prótesis o endodoncia se sitúan en la parte baja. Un dentista general está en un término medio. ¿Por qué estas diferencias? Principalmente, por la complejidad técnica y la demanda de mercado. La ortodoncia y los implantes son tratamientos de alto valor añadido (mejoran mucho la calidad de vida o la estética, y los pacientes están dispuestos a pagar bastante por ellos), requieren equipamiento y formación extra (que el dentista ha tenido que invertir en obtener), y no cualquier odontólogo general puede hacerlos al mismo nivel, de modo que los especialistas pueden poner tarifas más altas. En cambio, un empaste o una endodoncia son procedimientos más estandarizados y competitivos, con precios más contenidos.

En mi caso, decidí especializarme en implantología unos años después de graduarme, y aunque supuso invertir dinero en un máster y nuevo instrumental, la inversión se recuperó con creces: pude empezar a ofrecer implantes en mi clínica, aumentando tanto el flujo de pacientes como el ingreso por tratamiento. Es un ejemplo de cómo ampliar tus habilidades puede repercutir en tu sueldo. Eso sí, especializarse implica continuar formándose constantemente y, a veces, adquirir costosos equipos (por ejemplo, un escáner 3D, sistemas CAD/CAM para prótesis, software de planificación digital de ortodoncia…). No todo el mundo quiere o puede hacerlo. Pero quien apuesta por la alta especialización generalmente ve recompensas económicas importantes a medio plazo.

Cabe mencionar que, además de la especialización clínica, hay dentistas que complementan su actividad con roles como la docencia universitaria, la investigación o trabajando para la industria dental (asesoría científica, conferencias, etc.). Estas actividades pueden suponer ingresos extra o, en el caso de dedicarse a ellas a tiempo completo, tener escalas salariales distintas (por ejemplo, un profesor titular de odontología en la universidad pública tiene un sueldo distinto al de un clínico). Sin embargo, nos salimos un poco del foco de “dentista asistencial”, así que no profundizaré en ello aquí.

Por último, destacar que ofrecer tratamientos punteros o de estética dentro de tu especialidad puede marcar diferencia. Por ejemplo, un ortodoncista que se subespecializa en ortodoncia invisible o un implantólogo experto en carga inmediata (implantes en un día) puede cobrar más que sus colegas convencionales. La tecnología puede elevar tu perfil profesional: disponer de sistemas avanzados suele permitir justificar precios más altos por la mayor precisión y calidad ofrecida. En nuestra clínica, cuando incorporamos un láser para cirugías de encía, pudimos incrementar ligeramente las tarifas de periodoncia porque ofrecíamos un procedimiento más cómodo y efectivo para el paciente. Inversiones así, bien planificadas, se traducen en mejor servicio y mayores ingresos. Plataformas como Cherry Health también asesoran en este sentido, ayudando a las clínicas a equiparse con tecnología de vanguardia que atraiga pacientes y permita diferenciarse (por ejemplo, incorporando la ortodoncia digital, la radiología 3D, etc. en nuevas clínicas). Vale la pena considerarlo si quieres posicionarte en una especialidad premium.

Sueldo según la especialidad odontológica

Emprender en odontología: desafíos y soluciones para aumentar ingresos

A lo largo del artículo hemos mencionado varias veces el tema de emprender abriendo una clínica propia como vía para mejorar los ingresos de un dentista. Quiero detenerme un momento en esto para quien se lo esté planteando, porque no todo es color de rosa y conviene tener claros los desafíos que implica, así como las soluciones o ayudas disponibles para superarlos.

Principales retos de montar tu clínica dental:

  • Alta inversión inicial: Abrir una clínica requiere una fuerte inversión económica. Solo el equipamiento odontológico (sillones, aparatología de rayos X, autoclave, instrumental rotatorio, implantes, materiales…) puede costar decenas de miles de euros. A eso súmale la obra de adecuación del local (fontanería para las unidades dentales, instalación eléctrica específica, climatización, accesibilidad, decoración), los sistemas informáticos, stock inicial de materiales… y todo esto antes de abrir las puertas. Es habitual necesitar préstamos o ahorros importantes para empezar.

  • Burocracia y licencias: No puedes simplemente alquilar un local y empezar a trabajar; una clínica lleva trámites: proyecto arquitectónico visado, licencia de actividad municipal, autorizaciones sanitarias de la Consejería de Salud de tu comunidad, seguros obligatorios, cumplir normativas de radiología, protección de datos (RGPD) para historiales médicos, gestión de residuos biosanitarios… La lista de papeleo es larga y a veces frustrante.

  • Contratación de personal y gestión diaria: Al emprender pasas de ser “solo dentista” a ser empresario y gestor. Debes contratar y liderar a tu equipo auxiliar (higienistas, recepcionista), llevar la contabilidad, gestionar citas, lidiar con proveedores y stock, resolver incidencias técnicas… Estas tareas administrativas quitan tiempo y pueden abrumar si no se organizan bien.

  • Captación de pacientes: ¿Y si monto la clínica y no entra nadie? Es el miedo clásico. Al principio nadie te conoce, especialmente si eres nuevo en la zona. Toca invertir en marketing: desde rotular bien la fachada hasta hacer publicidad local, página web, redes sociales, acuerdos con aseguradoras o empresas… Conseguir una agenda llena es quizás el mayor desafío a corto plazo, porque sin pacientes no hay ingresos.

  • Flujo de caja e imprevistos: Los gastos fijos (alquiler, sueldos, préstamos) vienen sí o sí cada mes. Si hay un bajón de pacientes, igual tienes que poner dinero de tu bolsillo. Además, surgen imprevistos: un equipo que se avería, una nueva normativa que te obliga a comprar algo, etc. La gestión financiera cautelosa es clave; muchos negocios fracasan por falta de liquidez antes de llegar a ser rentables.

Podría seguir, pero no pretendo desanimar a nadie, solo pintar el cuadro completo. Yo pasé por todas esas dificultades al abrir mi consulta y admito que hubo momentos duros. La buena noticia es que hoy existen soluciones pensadas para facilitar todo este proceso al odontólogo emprendedor. Ya mencioné antes a Cherry Health, y es que realmente su modelo cubre muchos de estos frentes. De forma resumida, ¿cómo ayuda Cherry Health a un dentista que quiera montar su clínica?:

  • Realiza el estudio de viabilidad y un plan de negocio realista: te dicen si en la ubicación que tienes en mente la clínica puede funcionar, cuántos pacientes necesitarías, precios recomendados, etc. Básicamente, te asesoran para que emprendas con los números claros y la mayor probabilidad de éxito.

  • Se encarga de toda la burocracia y licencias sanitarias. Cuentan con expertos legales y gestores que tramitan desde la licencia de apertura municipal hasta los permisos de instalación de rayos X, para que no tengas que pelearte con la administración. ¡Imagina cuántas horas y quebraderos de cabeza te ahorras así!

  • Gestionan la obra y equipamiento completo de la clínica. Tienen arquitectos, interioristas y acuerdos con proveedores dentales. Te entregan la clínica llave en mano, lista para trabajar, optimizando los costes. Esto es fantástico porque aseguras que todo quede bien (y a la primera) cumpliendo normativas, y no tienes que coordinar tú a los obreros, instaladores, etc.

  • Financiación del proyecto: Si no dispones del 100% del capital, Cherry Health te ayuda a conseguir financiación – incluso ofrecen hasta el 80% financiado sin avales personales –. Esto elimina una gran barrera de entrada, ya que muchos dentistas jóvenes no montan clínica por no endeudarse en gran medida o no tener aval. Con este apoyo, emprender es mucho más accesible.

  • Captación de pacientes y marketing integral: Este punto me encanta. Cherry Health no solo te monta la clínica físicamente, sino que trabaja para que tenga pacientes. Implementan campañas de marketing digital (SEO local, Google Ads, redes sociales), estrategias de reputación online, convenios, etc., de modo que tu clínica nueva tenga visibilidad y atraiga gente desde el primer día. De hecho, su objetivo es que arranques con la agenda prácticamente llena o al menos con un flujo constante, algo que, de lograrlo, acelera enormemente el momento en que la clínica genera beneficios.

En otras palabras, Cherry Health toma las riendas de los aspectos más complejos de emprender, permitiendo que el dentista se centre en su vocación clínica. Como profesional, me parece una propuesta súper útil, porque tradicionalmente nuestros conocimientos de gestión empresarial son limitados. Contar con un partner de confianza que te lleve la ingeniería, la burocracia y hasta te ayude con el marketing es casi como hacer trampa (¡de la buena!) en el juego de emprender: empiezas con el viento a favor. Evidentemente, esto no significa que emprender deje de tener riesgo –siempre lo hay–, pero lo reduce drásticamente.

Por supuesto, cada uno debe valorar su situación. Emprender no es obligatorio para tener un buen sueldo: se puede vivir bien trabajando para otros, especializándose y ahorrando preocupaciones. Muchos dentistas combinan ambas cosas: comienzan por cuenta ajena para ganar experiencia y ahorros, y años después abren su consulta ya con un nombre hecho. Esa es una ruta sensata. Mi consejo, si vas a dar el paso, es planificar con cabeza y no dudar en apoyarte en expertos externos para lo que no dominas. En mi caso, siempre recomiendo a quien me pregunta que elabore un plan de negocio, que consulte con asesores financieros, y que considere opciones como Cherry u otras consultoras especializadas que conocen el sector dental al dedillo. Tener mentores o socios expertos es casi tan importante como tener buenos pacientes.

En definitiva, la odontología es una profesión con perspectivas de ingresos muy atractivas en España, pero lograr el máximo potencial requiere entender los factores implicados y tomar decisiones inteligentes. La demanda de servicios dentales sigue en aumento (la población envejece, se valoran más los tratamientos estéticos, etc.), y paradójicamente en el sistema público faltan odontólogos (lo que empuja a la práctica privada). Esto significa que, bien enfocado, el campo está abonado para que a los dentistas nos vaya bien. Con la información adecuada, una buena planificación de carrera y apoyándonos en las herramientas correctas (ya sea un buen software de gestión clínica, marketing digital profesional o acompañamiento de empresas expertas), es muy posible alcanzar suelditos elevados y rentabilizar nuestra querida consulta dental. Yo, al menos, me siento satisfecho de haber elegido esta profesión y, aunque no fue fácil al principio, hoy puedo decir que tanto a nivel económico como personal, ser dentista en España merece la pena.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es el salario medio de un dentista en España?

Según las fuentes recientes, un dentista en España gana de media entre 45.000 € y 66.500 € brutos al año, lo que equivale aproximadamente a 3.000–4.000 € netos al mes. La cifra varía según la fuente: por ejemplo, algunos portales de empleo sitúan la media alrededor de 45.000 € (datos de 2024), mientras que análisis de ofertas (Jobted, Indeed) la elevan a ~66.000 €. En cualquier caso, está claramente por encima de la media salarial nacional general.

¿Cómo varía el salario según la experiencia del dentista?

De forma muy notable. Un dentista que acaba de empezar suele cobrar alrededor de 1.000–1.800 € al mes (unos 20.000–25.000 € brutos al año, e incluso menos si está en prácticas). Con unos 5 años de experiencia, el sueldo puede subir fácilmente a rangos de 50.000–60.000 € anuales (aprox. 4.000 € brutos/mes). Con más de 10-15 años, no es raro superar los 90.000–100.000 € al año (más de 8.000 € al mes brutos). En resumen: la nómina aumenta de manera escalonada con cada tramo de antigüedad, especialmente en el sector privado, recompensando la experiencia y la reputación del dentista.

¿Qué comunidades autónomas pagan mejor a los dentistas?

Por lo general, las regiones como Madrid, Cataluña y País Vasco encabezan los sueldos odontológicos en España, ya que la demanda es alta y los pacientes pagan tarifas mayores. Datos de portales indican, por ejemplo, que en Barcelona el sueldo medio de un dentista supera los 90.000 € anuales, mientras que en zonas rurales de Asturias es de apenas 38.700 €. Dicho esto, en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona) un odontólogo con varios años de experiencia suele rondar los 40.000–50.000 € brutos al año trabajando por cuenta ajena. En comunidades con menor costo de vida (Andalucía, Comunidad Valenciana, etc.) los sueldos de partida son más bajos (20k-30k anuales al inicio), aunque con trayectoria se acercan a cifras similares en la franja de 40k. En resumen: las ciudades grandes tienden a pagar más, mientras que en zonas menos pobladas los sueldos son más modestos de inicio.

¿Cuáles son las especialidades dentales mejor pagadas?

Ortodoncistas, cirujanos maxilofaciales e implantólogos están entre los mejor remunerados. Un ortodoncista o un cirujano maxilofacial suele superar los 70.000 € al año fácilmente (los cirujanos de élite pueden llegar a 150k o más). Un implantólogo con buena reputación ronda también esos 70.000 € o superiores. En cambio, especialidades como endodoncia, odontología general preventiva, prótesis dental o higiene bucodental se mueven en torno a 25.000–40.000 € anuales. Estas diferencias se deben a la complejidad y demanda de los tratamientos: las especialidades más técnicas o estéticas permiten cobrar tarifas mayores al paciente (y requieren más formación), mientras que las más básicas tienen honorarios más contenidos.

¿Es mejor trabajar por cuenta propia o por cuenta ajena como dentista?

No hay una respuesta única, depende de tus objetivos y perfil. Ser autónomo (tener clínica propia) suele permitir ingresos brutos superiores a los de un empleado, ya que el techo lo pones tú – los dueños de clínicas exitosas pueden ganar bastante más que un asalariado promedio –. Pero también implica riesgos y responsabilidades: debes generar esa facturación y cubrir todos los gastos de la clínica, gestionar el negocio, etc. Como empleado en una clínica ajena, tendrás un sueldo más estable y seguro cada mes, aunque probablemente más limitado (y sujeto a convenios o porcentajes si los hay). Muchos dentistas optan por empezar como contratados para adquirir experiencia y ahorro, y más adelante abren su consulta para aumentar sus ingresos y ser independientes. También hay términos medios, como trabajar en régimen de colaboración (autónomo colaborador) en clínicas ajenas, cobrando un porcentaje sobre los tratamientos: en esos casos eres técnicamente autónomo, pero sin clínica propia. Cada modalidad tiene pros y contras, y es importante evaluarlos en función de tu situación personal.

¿Cómo ayuda Cherry Health a los dentistas que quieren emprender?

Como comentábamos, Cherry Health se encarga de los aspectos más complejos de montar una clínica dental. En la práctica, te asesoran y acompañan en todo el proceso de apertura: realizan el estudio de viabilidad económica y de mercado de tu proyecto, tramitan por ti todas las licencias y permisos sanitarios, gestionan la obra y el equipamiento completo de la clínica (entregándotela lista para funcionar) y además ofrecen financiación hasta del 80% del proyecto (para que no tengas que invertir todo el dinero de golpe). Por si fuera poco, implementan el plan de marketing para atraer pacientes (SEO local, Google Ads, redes sociales…), de modo que desde el primer día tu clínica tenga visibilidad y pacientes en agenda. En resumen, Cherry Health prácticamente te monta la clínica llave en mano y te ayuda a llenarla, reduciendo enormemente la carga inicial para el dentista emprendedor. Esto permite que puedas centrarte en tu especialidad y en atender a tus pacientes, recuperando la inversión con más rapidez y con mucha menos incertidumbre que haciéndolo completamente solo. ¡Un auténtico impulso para empezar con buen pie en el mundo empresarial dental!

¡Obtén tu cronograma detallado!

No compartiremos tu información. Solo la usaremos para enviarte el cronograma y contenido relacionado.

¿Quieres abrir tu clínica?