El aceite de argán es un aceite vegetal extraído de las semillas del fruto del árbol Argania spinosa, endémico de Marruecos. Es conocido como «el oro líquido del desierto» por sus propiedades nutritivas, regeneradoras y antioxidantes tanto para la piel como para el cabello. Su composición rica en ácidos grasos esenciales (omega-6 y omega-9), vitamina E, polifenoles y escualeno lo convierte en un aliado habitual en tratamientos cosméticos, dermatológicos y estéticos.
Existen dos tipos principales de aceite de argán:
- Aceite de argán cosmético: obtenido por prensado en frío, sin tostar la semilla, conserva su color dorado claro y es utilizado en formulaciones cutáneas, capilares y ungüentas reparadoras.
- Aceite de argán alimentario: producido con semillas previamente tostadas, tiene un color más oscuro y sabor a nuez, y se emplea en la cocina marroquí por sus beneficios para la salud cardiovascular.
Aplicaciones cosméticas y estéticas
Piel
El aceite de argán es ampliamente usado como hidratante facial por su capacidad de restaurar la barrera lipídica y prevenir la pérdida transepidérmica de agua. También actúa como regenerador celular en pieles maduras, secas o con tendencia a la irritación. Su alta concentración de vitamina E combate los radicales libres, ayudando a prevenir signos de envejecimiento como arrugas o flacidez.
Además, presenta propiedades antiinflamatorias y se emplea como coadyuvante en dermatitis atópica, psoriasis, eccemas o postratamientos estéticos agresivos como láser o peelings químicos.
¿Listo/a para abrir tu clínica?
Te acompañamos en cada paso.
Queremos conocer tu proyecto y ayudarte a hacerlo realidad.
Cabello
En el ámbito capilar, el aceite de argán se usa para nutrir, suavizar y dar brillo a cabellos secos, encrespados o dañados. Se aplica tanto en mascarillas como en sérums termo-protectores. Al contener ácido linoleico y oleico, fortalece la fibra capilar, previene la rotura y mejora la elasticidad del cabello.
Uñas y cutículas
Gracias a su capacidad reparadora, el aceite de argán es eficaz en el cuidado de uñas quebradizas y cutículas secas. Aplicado de forma tópica diaria, mejora su aspecto y resistencia.
Usos en tratamientos estéticos profesionales
En entornos clínicos o centros de estética avanzada, el aceite de argán puede utilizarse en sinergia con otros activos o técnicas:
- Posttratamiento con láser, luz pulsada o dermoabrasión: sus propiedades calmantes y regeneradoras favorecen una recuperación más rápida.
- Masajes faciales o corporales: se utiliza como aceite base en técnicas de relajación o drenaje linfático por su textura ligera y fácil absorción.
- Envolvimientos corporales: para nutrir y reafirmar la piel en terapias antiedad.
- Mezclas personalizadas: en cabinas estéticas puede añadirse a mascarillas o cremas según el tipo de piel del paciente.
Composición y principios activos
La composición química del aceite de argán varía ligeramente según su origen, pero típicamente contiene:
– Ácido oleico (omega-9): ~43%
– Ácido linoleico (omega-6): ~36%
– Ácido palmítico y esteárico: ~10%
– Vitamina E (tocoferoles): potente antioxidante
– Polifenoles y escualeno: activos protectores y regeneradores
Seguridad, normativa y certificaciones
El aceite de argán destinado a uso cosmético debe estar prensado en frío, sin disolventes ni procesos de refinado que alteren su perfil bioquímico. En la Unión Europea, se rige por el Reglamento (CE) Nº 1223/2009 sobre productos cosméticos, y debe figurar en el etiquetado INCI como Argania Spinosa Kernel Oil.
Para asegurar su autenticidad y calidad, es recomendable buscar aceites con certificaciones ecológicas (Ecocert, Cosmos, BioInspecta) o denominación de origen controlada (AOC Maroc).
Preguntas frecuentes en consulta
¿Es comedogénico?
No. El aceite de argán tiene un índice comedogénico bajo (0–1), por lo que puede utilizarse incluso en pieles grasas o con tendencia acneica. Ayuda a equilibrar la producción de sebo sin obstruir los poros.
¿Puede usarse durante el embarazo?
Sí. Es un ingrediente natural seguro durante el embarazo. De hecho, se utiliza con frecuencia para prevenir estrías o tratar pieles más reactivas.
¿Cómo diferenciar uno puro de uno adulterado?
El aceite de argán auténtico tiene un olor suave y ligeramente a nuez, color dorado claro, textura ligera y absorción rápida. Si es inodoro, demasiado denso o barato, es probable que esté refinado o diluido con aceites portadores de menor calidad.
Consideraciones prácticas en clínicas estéticas
Desde mi experiencia como profesional estético, el aceite de argán es un ingrediente versátil y muy bien tolerado, ideal para protocolos personalizados en pieles sensibles, maduras o deshidratadas. Su eficacia como regenerador postprocedimientos lo convierte en un complemento excelente para tratamientos intensivos. En cabina, prefiero usarlo como vehículo para activos liposolubles en sinergia con masajes manuales o aparatología de penetración.
Recomiendo siempre adquirirlo en envases opacos o con gotero de vidrio, para preservar sus propiedades frente a la oxidación. En la venta en retail dentro de clínicas, funciona muy bien como parte de un pack antiedad o de hidratación profunda para el hogar.
El aceite de argán es un activo altamente valorado en medicina estética y cosmética profesional gracias a su perfil nutricional único, alta tolerancia y resultados visibles tanto en piel como en cabello. Su uso bien integrado en protocolos profesionales no solo mejora la calidad del servicio, sino que refuerza la fidelización del paciente al ofrecerle un cuidado completo, natural y eficaz. En definitiva, es uno de esos ingredientes que no deberían faltar en una consulta estética bien equipada.