El Factor de Protección Solar (FPS), también conocido como SPF por sus siglas en inglés (Sun Protection Factor), es un indicador numérico que expresa el nivel de protección que un producto cosmético ofrece frente a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta tipo B (UVB), principal responsable del eritema solar (quemadura).
En términos prácticos, el FPS estima cuánto tiempo más puede estar una persona al sol sin quemarse en comparación con no usar protección. Por ejemplo, un FPS 30 permite exponerse 30 veces más tiempo sin presentar quemaduras que si no se aplicara ningún producto.
Tipos de protección solar según el FPS
Según la clasificación europea (Colipa), los protectores solares se categorizan de la siguiente forma:
- FPS 6-10: protección baja
- FPS 15-25: protección media
- FPS 30-50: protección alta
- FPS 50+: protección muy alta
Cómo se calcula el FPS
El cálculo del FPS se realiza mediante pruebas en laboratorio sobre piel humana, generalmente fototipo II, expuesta a radiación UVB controlada. Se compara el tiempo que tarda la piel protegida en enrojecerse con respecto a la piel no protegida. La fórmula estándar es:
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FPS = MED con protector / MED sin protector
Donde MED es la Dosis Mínima Eritematosa, es decir, la cantidad de radiación necesaria para causar enrojecimiento cutáneo perceptible.
Protección frente a radiación UVA y UVB
Aunque el FPS mide únicamente la protección frente a los rayos UVB, actualmente se exige también protección frente a la radiación UVA, responsable del envejecimiento cutáneo prematuro y que penetra en capas más profundas de la piel.
En la Unión Europea, los productos que muestran el símbolo “UVA” en un círculo cumplen con un índice de protección UVA que representa, como mínimo, un tercio del valor del FPS. Esta armonización garantiza una protección equilibrada.
Diferencias entre UVB y UVA
UVB: Responsable del enrojecimiento y las quemaduras solares, está relacionado con el cáncer de piel no melanoma. Tiene mayor intensidad entre las 10:00 y las 16:00 h y no penetra el vidrio.
UVA: Presente durante todo el día, penetra profundamente en la dermis, está vinculado al fotoenvejecimiento y al melanoma, y sí atraviesa cristales y ventanas.
Factores que afectan a la eficacia real del FPS
Aunque el etiquetado indique un FPS elevado, la protección real en condiciones cotidianas puede ser menor debido a varios factores:
Cantidad de producto aplicado
La dosis estándar utilizada en los ensayos es de 2 mg/cm² de piel, lo que equivale a unos 30-40 ml para cubrir el cuerpo adulto. Sin embargo, en la práctica se aplican dosis menores, reduciendo el nivel de protección efectivo.
Sudoración, agua y fricción
El sudor, el baño en mar o piscina, o el roce con la ropa pueden eliminar el producto de la piel. Por eso existen protectores resistentes al agua, pero aun así es recomendable reaplicar cada 2 horas o tras inmersión.
Tipo de piel y fototipo
Las personas con piel clara, pelirrojas o de ojos claros tienen un menor contenido de melanina y, por tanto, requieren niveles de protección más altos. En cambio, las pieles más oscuras tienen una protección natural mayor, pero igualmente deben protegerse para prevenir daño acumulativo.
Altitud y ubicación geográfica
A mayor altitud y más cerca del ecuador, la radiación solar es más intensa. Por ejemplo, en zonas de montaña o países tropicales, la exposición UV puede duplicarse.
Recomendaciones de uso profesional
Desde el ámbito dermatológico y estético, las recomendaciones actuales insisten en lo siguiente:
- Aplicar el protector solar entre 15 y 30 minutos antes de la exposición.
- Reaplicar cada 2 horas y siempre después de bañarse o sudar.
- Utilizar FPS alto (30 o superior) en personas con piel clara, niños y personas con tratamientos fotosensibilizantes (peelings, láser, retinoides, etc.).
- Complementar la fotoprotección tópica con medidas físicas: sombrero, gafas, ropa con filtro UV y sombra.
- Durante tratamientos estéticos faciales, siempre se debe indicar protección solar estricta para evitar hiperpigmentaciones postinflamatorias.
FPS en cosmética y medicina estética
El FPS se ha convertido en un criterio esencial a la hora de recomendar cosméticos, tanto en el canal farmacéutico como en el médico-estético. Su uso no se limita a cremas solares para playa; hoy lo encontramos en:
- Fotoprotectores faciales diarios con color
- BB y CC creams con FPS
- Maquillaje dermatológico con FPS
- Tratamientos despigmentantes y antienvejecimiento con fotoprotección incluida
De hecho, en medicina estética es habitual que los profesionales recomienden productos de alta cosmética con FPS 50+ como parte de la pauta postratamiento para peelings, láser, dermoabrasión o microneedling.
FPS en pediatría y geriatría
Niños
En menores de 3 años, se recomienda no exponer directamente al sol y utilizar únicamente filtros minerales o físicos. Los productos deben ser hipoalergénicos, sin perfume, y con FPS 50+.
Mayores
En personas mayores, sobre todo con pieles fotosensibles o fotodañadas, es fundamental el uso continuado de protección solar para prevenir queratosis actínicas, cáncer de piel y fragilidad cutánea. Además, muchas cremas antiedad incorporan FPS como valor añadido.
Normativa y etiquetado
En Europa, el uso del término FPS está regulado por el Reglamento (CE) 1223/2009 de productos cosméticos y las directrices de la Comisión Europea sobre alegaciones de protección solar.
Solo pueden etiquetarse como “protección UVA” si cumplen el ratio mínimo UVA/UVB. Además, está prohibido indicar que un producto ofrece “protección total” o “bloqueo solar”, por considerarse afirmaciones engañosas.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Un FPS más alto protege el doble?
No exactamente. Un FPS 30 bloquea el 96,7 % de los rayos UVB, mientras que un FPS 50 bloquea el 98 %. La diferencia en protección no es proporcional al número, aunque sí mejora la duración de exposición segura.
¿Puedo usar el mismo protector para cara y cuerpo?
En teoría sí, pero los productos faciales suelen estar formulados para no obstruir poros, tener acabado matificante o incluir color. Lo ideal es usar productos específicos según zona y tipo de piel.
¿Los protectores solares caducan?
Sí. Una vez abiertos, su vida útil suele ser de 6 a 12 meses. El calor y la humedad pueden degradar los filtros, reduciendo su eficacia. Nunca debe usarse un protector de un verano anterior si ha cambiado de color, olor o textura.
¿La protección solar previene el cáncer de piel?
Una exposición solar acumulativa sin protección es un factor clave en la aparición de carcinomas basocelulares, espinocelulares y melanoma maligno. El uso diario de FPS ayuda a reducir significativamente el riesgo, según múltiples estudios dermatológicos.
El factor de protección solar es mucho más que un número en el envase: representa un pilar básico de la fotoprotección moderna, clave tanto para prevenir el fotoenvejecimiento como para reducir el riesgo de patologías cutáneas graves. Su uso responsable, acompañado de educación y seguimiento profesional, es esencial en cualquier estrategia de salud dermatológica o estética a medio y largo plazo.
Como profesionales de la salud o la estética, debemos priorizar su recomendación y educar activamente al paciente o cliente sobre su correcta utilización. La fotoprotección es una inversión diaria en la salud cutánea.