La licencia de apertura es un documento administrativo que certifica que un local, oficina o establecimiento cumple con los requisitos legales, técnicos y urbanísticos necesarios para desarrollar una actividad económica concreta. Esta licencia es obligatoria para abrir cualquier tipo de negocio, especialmente en sectores como salud, estética, hostelería o comercio minorista, donde las exigencias son más rigurosas.
También se conoce como licencia de actividad o licencia municipal, y debe solicitarse en el ayuntamiento correspondiente antes de iniciar cualquier actividad. Su objetivo principal es asegurar que el local se ajusta a las normativas de seguridad, accesibilidad, higiene, insonorización, eficiencia energética y uso urbanístico.
Tipos de licencia de apertura
Existen diferentes modalidades de licencia en función de la actividad que se va a desarrollar:
Actividad inocua
Son aquellas que no generan molestias ni riesgos significativos para personas o bienes. Por ejemplo: tiendas de ropa, oficinas administrativas o salones de uñas. El trámite suele ser más sencillo y rápido, incluso mediante declaración responsable.
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Actividad calificada
Engloba las actividades que, por sus características, pueden producir molestias (ruido, residuos, químicos, etc.) o requieren condiciones especiales. Aquí se incluyen clínicas dentales, centros estéticos con aparatología, peluquerías, gimnasios, entre otros. Estas requieren un proyecto técnico visado y mayores controles.
¿Quién necesita una licencia de apertura?
Cualquier profesional o empresa que quiera abrir un local comercial, centro sanitario o de bienestar necesita tramitar una licencia. Es decir, si vas a abrir una clínica estética, dental, veterinaria, centro de fisioterapia o salón de belleza, esta licencia es indispensable.
La obligación se extiende incluso si el local ya contaba con licencia anterior, ya que es específica para cada actividad y titular. Si cambias de negocio (de tienda a consulta) o de propietario, tendrás que tramitar una nueva.
Documentación necesaria
Los requisitos pueden variar según el municipio, pero en general se requiere:
Proyecto técnico
Redactado por un ingeniero o arquitecto, describe las características del local y cómo se adapta a la normativa vigente. Es obligatorio para actividades calificadas.
Certificado de compatibilidad urbanística
Emitido por el ayuntamiento, confirma que el uso previsto es compatible con el planeamiento urbano.
Plano del local y memoria descriptiva
Se detallan distribución, superficie, ventilación, instalaciones eléctricas, accesibilidad, etc.
Justificante del pago de tasas municipales
El coste varía en función del municipio y la actividad. Suele oscilar entre 150 € y 1.000 €.
Tramitación paso a paso
El proceso de solicitud puede dividirse en las siguientes fases:
1. Consulta previa en urbanismo
Recomiendo acudir al departamento técnico del ayuntamiento para confirmar la viabilidad de la actividad. Aquí se revisa si el local cumple con el uso permitido.
2. Redacción del proyecto
Un técnico colegiado elaborará el proyecto o memoria técnica, incluyendo planos y medidas correctoras si es necesario.
3. Presentación de la solicitud
Se entrega la documentación en el registro del ayuntamiento (de forma presencial o telemática). En algunos municipios existe la opción de declaración responsable para actividades inocuas.
4. Inspección técnica
Los técnicos municipales revisan el local para comprobar que todo coincide con el proyecto. Si es conforme, se otorga la licencia.
Declaración responsable vs licencia tradicional
Desde hace algunos años, muchos municipios permiten la apertura inmediata de locales mediante declaración responsable. Esto consiste en firmar un documento donde se afirma cumplir con toda la normativa, asumiendo la responsabilidad del cumplimiento.
La ventaja es que se puede abrir el negocio sin esperar a que el ayuntamiento revise y conceda la licencia. Pero cuidado: si luego detectan alguna irregularidad, pueden sancionar o cerrar el local.
Errores comunes al solicitarla
Elegir un local no apto
Muchos emprendedores firman el alquiler sin verificar si el local es compatible con su actividad. Esto puede suponer reformas muy costosas o incluso la imposibilidad de abrir.
No contar con asesoramiento técnico
Intentar tramitar la licencia por cuenta propia suele acabar en retrasos o errores. Es muy recomendable contar con un arquitecto o una consultora especializada.
Subestimar los plazos
Conseguir una licencia puede tardar de 1 a 4 meses. Si no se contempla en el plan de apertura, puede comprometer la fecha de inicio y generar pérdidas.
Licencia de apertura en el sector salud y estética
Los centros sanitarios, como clínicas estéticas, odontológicas o fisioterapéuticas, están sujetos a una normativa más estricta. Además de la licencia municipal, deben obtener una licencia sanitaria de funcionamiento otorgada por la Consejería de Salud correspondiente.
Esto implica cumplir con normas específicas en cuanto a instalaciones, accesibilidad, gestión de residuos, esterilización, trazabilidad de equipos y formación del personal. En muchos casos, se exige un doble trámite: urbanístico y sanitario.
Ejemplo práctico
Imagina que quieres abrir una clínica estética en una planta baja de 80 m². Tras localizar el local y revisar que permite uso sanitario, contratas a un arquitecto. Este redacta el proyecto técnico adaptado al Decreto 127/2003 sobre clínicas. Con el proyecto en mano, solicitas al ayuntamiento la licencia de apertura. Paralelamente, tramitas ante Sanidad la licencia sanitaria.
En este caso, además del proyecto, tendrás que aportar documentación sobre el equipamiento, protocolos higiénicos, disposición de las salas (consulta, espera, esterilización) y cumplir con la normativa sobre residuos biosanitarios.
¿Quién se encarga de la gestión?
Muchos emprendedores optan por contratar una empresa especializada en aperturas llave en mano. Estas empresas, como The Cherry Health, se encargan de todo el proceso: desde la selección del local, elaboración del proyecto técnico, reformas, licencias de apertura y sanitarias, hasta el diseño y marketing de la clínica :contentReference[oaicite:0]{index=0}.
Este enfoque evita errores, acelera el proceso y permite que el profesional sanitario se centre en lo esencial: atender pacientes.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto cuesta una licencia de apertura?
Depende del municipio, la actividad y el tamaño del local. En actividades simples, puede costar entre 200 y 800 €. Para clínicas y actividades calificadas, la inversión puede superar los 2.000 €, incluyendo proyecto técnico y tasas.
¿Qué pasa si abro sin licencia?
Estás expuesto a multas, cierre del local e incluso responsabilidades civiles o penales en caso de accidente o perjuicio. El riesgo no compensa.
¿Puedo cambiar de actividad sin pedir una nueva?
No. La licencia es específica para una actividad concreta. Cualquier cambio significativo (tipo de servicio, maquinaria, público objetivo) requiere una modificación o nueva solicitud.
¿La declaración responsable es válida para una clínica?
En muchos casos no. Las actividades sanitarias están excluidas de este procedimiento simplificado y deben pasar por una licencia completa con inspección previa.
La licencia de apertura es un paso obligatorio y crítico al emprender cualquier negocio, especialmente en el sector sanitario y estético. No se trata de un simple trámite burocrático, sino de una garantía de que tu clínica o centro cumple con todas las condiciones legales y técnicas para operar con seguridad y profesionalidad.
Anticiparse, contar con asesoría experta y planificar bien los tiempos puede marcar la diferencia entre una apertura exitosa o un proyecto paralizado.