El sérum facial es un cosmético de alta concentración formulado con activos específicos que penetran en las capas profundas de la piel para tratar necesidades concretas como la deshidratación, las arrugas, la pérdida de firmeza o la hiperpigmentación. A diferencia de las cremas, su textura es ligera y su absorción es más rápida, lo que permite una acción intensiva sin dejar sensación grasa.

También conocido como suero facial o simplemente serum (sin tilde, según la adaptación inglesa más común), este producto ha cobrado gran relevancia en el ámbito de la dermocosmética profesional por su eficacia y versatilidad en tratamientos faciales tanto en casa como en consulta.

Composición y activos más habituales

Un sérum suele estar formulado con una base acuosa o hidroalcohólica que facilita la penetración cutánea. Los activos empleados varían según el objetivo del tratamiento. Algunos de los más frecuentes son:

Principales principios activos

Ácido hialurónico: hidratación intensiva, efecto relleno.

Vitamina C: antioxidante, iluminadora, despigmentante.

Retinol (vitamina A): acción antiedad, renovadora celular, antiacné.

Niacinamida: seborreguladora, antiinflamatoria, despigmentante.

Péptidos: estimulación de colágeno, firmeza, efecto lifting.

Ácidos exfoliantes (AHA, BHA, PHA): renovación epidérmica, poros, acné.

Aplicación y protocolo de uso

El sérum facial se aplica siempre sobre la piel limpia y seca, antes de la crema hidratante. Se recomienda:

1. Limpieza: gel, espuma o leche según tipo de piel.

2. Tónico o agua termal: para equilibrar el pH.

3. Sérum: de 3 a 5 gotas repartidas en rostro, cuello y escote, con ligeros toques o masaje ascendente.

4. Crema: hidratante, nutritiva o tratamiento complementario.

5. Protección solar: especialmente si contiene retinoides o ácidos.

Diferencias entre sérum, ampollas y cremas

El sérum no debe confundirse con otros productos cosméticos:

• Sérum vs crema: el sérum es más ligero y concentrado; la crema aporta más nutrición y crea una barrera protectora.

• Sérum vs ampolla: las ampollas suelen contener dosis únicas para un efecto flash o intensivo puntual; el sérum es de uso diario y progresivo.

Indicaciones clínicas y estéticas

En el entorno profesional estético, los sérums se emplean como parte de protocolos de rejuvenecimiento, hidratación intensiva, despigmentación y preparación de la piel para otros tratamientos como láser, peeling químico o microneedling.

Casos frecuentes de uso profesional

• Pieles con fotoenvejecimiento: uso de sérums con retinol, vitamina C y péptidos.

• Tratamiento post-láser o peeling: sérums calmantes con ácido hialurónico y centella asiática.

• Acné activo: fórmulas con niacinamida, ácido salicílico o zinc.

• Deshidratación profunda: sérums de ácido hialurónico con distintos pesos moleculares.

Tipos de sérum facial según necesidad

Por acción principal

Sérum hidratante: para pieles deshidratadas o tras tratamientos agresivos.

Sérum antioxidante: protege del estrés oxidativo urbano (contaminación, luz azul).

Sérum antiedad: combate arrugas y flacidez. Suelen combinar retinol, péptidos y colágeno.

Sérum despigmentante: actúa sobre manchas solares, melasma y tono irregular.

Sérum purificante: regula sebo, reduce imperfecciones y afina poro.

Dudas frecuentes en la consulta

¿A qué edad se recomienda empezar a usarlo?

No hay una edad concreta. Se puede introducir a partir de los 20–25 años con fines preventivos (hidratantes, antioxidantes), y a partir de los 30–35 años como parte de rutinas antiedad.

¿Es obligatorio usar crema después?

Sí. El sérum no sustituye la crema; la complementa. La crema hidrata en superficie y sella el sérum, potenciando su eficacia.

¿Se puede usar más de un sérum a la vez?

Es posible, combinando por la mañana y por la noche o alternando días. También pueden aplicarse en capas si son compatibles, aunque se recomienda asesoramiento profesional.

¿Cuánto dura un frasco?

Depende de la frecuencia y cantidad aplicada, pero en promedio, un frasco de 30 ml puede durar entre 1,5 y 3 meses de uso diario.

Errores comunes

• Aplicarlo con la piel húmeda si no está formulado para ello: puede disminuir la efectividad.

• Usar cantidades excesivas: no por más producto se logra mayor efecto.

• No respetar la caducidad PAO (Period After Opening): muchos activos como la vitamina C se oxidan con facilidad.

Recomendaciones para la consulta estética

Como profesional, puedes prescribir el uso domiciliario de sérums como complemento de tus tratamientos en cabina. También puedes ofrecer fórmulas propias o personalizadas si dispones de cosmética magistral o dermocosmética de marca blanca. Educar al paciente sobre su correcto uso mejora la fidelización y optimiza los resultados de los tratamientos realizados en consulta.

Aspectos legales y sanitarios

En España, los sérums faciales están regulados como productos cosméticos bajo el Reglamento (CE) 1223/2009. Deben estar notificados en el Portal Europeo de Cosméticos (CPNP), incluir etiquetado INCI, PAO, datos del fabricante o distribuidor, y no pueden atribuir propiedades terapéuticas.

En el entorno profesional, su uso debe ajustarse a las competencias del centro: en estética no invasiva, solo pueden aplicarse de forma tópica. En medicina estética, puede combinarse con técnicas como microinyecciones, dermapen, o técnicas transdérmicas específicas si están autorizadas.

El sérum facial es una herramienta indispensable tanto en el autocuidado como en la práctica estética profesional. Su formulación avanzada y su alta concentración de activos lo convierten en un aliado poderoso para abordar múltiples preocupaciones cutáneas con resultados visibles y sostenibles. La clave está en elegir el adecuado para cada tipo de piel y necesidad, y educar al paciente sobre su correcto uso para maximizar sus beneficios.