Disfunción temporomandibular

Disfunción temporomandibular

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Disfunción temporomandibular

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Ismael Cerezo

La disfunción temporomandibular (DTM), también denominada trastorno temporomandibular, es un conjunto heterogéneo de alteraciones que afectan a la articulación temporomandibular (ATM), a los músculos masticatorios y a las estructuras asociadas. Se manifiesta principalmente con dolor orofacial, limitación funcional mandibular y sonidos articulares como chasquidos o crepitaciones. Se trata de una condición multifactorial de alta prevalencia, considerada la principal causa de dolor no dental en la región orofacial.

En el contexto clínico actual, la DTM constituye un campo interdisciplinar que involucra odontología, medicina, fisioterapia y psicología. Su importancia radica en el impacto significativo que puede tener sobre la calidad de vida de los pacientes, al comprometer funciones esenciales como la masticación, el habla y la deglución, además de estar asociada a cefaleas tensionales, trastornos del sueño y estrés psicológico.

Componentes y características principales

La disfunción temporomandibular engloba un espectro de condiciones que se clasifican en tres grandes categorías:

Alteraciones articulares

Afectan directamente a la ATM, que es una articulación sinovial bicondílea formada por el cóndilo mandibular, la cavidad glenoidea y el disco articular de fibrocartílago. Entre estas alteraciones se incluyen:

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  • Desplazamiento discal con o sin reducción, que se manifiesta clínicamente con chasquidos al abrir o cerrar la boca y, en casos avanzados, con limitación en la apertura mandibular.

  • Artritis y artrosis temporomandibular, que cursan con dolor, inflamación y crepitaciones debido a degeneración de tejidos articulares.

Alteraciones musculares

Se relacionan con la hiperactividad o disfunción de los músculos masticatorios (masetero, temporal, pterigoideos), produciendo dolor miofascial, rigidez y fatiga. Estos cuadros suelen asociarse a hábitos parafuncionales como el bruxismo, así como a factores de estrés y ansiedad.

Alteraciones combinadas

Muchos pacientes presentan cuadros mixtos donde coexisten trastornos articulares y musculares, lo que refleja la complejidad multifactorial de la DTM.

Manifestaciones clínicas

Los signos y síntomas más comunes incluyen dolor orofacial unilateral o bilateral, chasquidos articulares, dificultad para abrir la boca (apertura menor de 40 mm), desviaciones o deflexiones en la trayectoria mandibular, limitación o bloqueo articular, cefaleas tensionales y otalgias inespecíficas. La variabilidad clínica exige un enfoque diagnóstico cuidadoso y basado en criterios estandarizados.

Principios biológicos y científicos fundamentales

La fisiopatología de la DTM es compleja y multifactorial, integrando factores anatómicos, neuromusculares, inflamatorios y psicosociales.

Alteraciones biomecánicas

La ATM funciona como una articulación sinovial con movimientos de rotación y traslación. Alteraciones en la congruencia del disco articular, en la lubricación sinovial o en la estabilidad ligamentosa pueden generar desplazamientos discales, fricción anómala y degeneración progresiva.

Procesos inflamatorios y degenerativos

La sinovitis y la capsulitis temporomandibular implican infiltración celular, liberación de mediadores inflamatorios (prostaglandinas, interleucinas, TNF-α) y degradación de la matriz extracelular. A largo plazo, estos procesos pueden evolucionar hacia osteoartritis con erosión condilar y pérdida de función.

Dolor miofascial y sensibilización central

En los cuadros musculares, la hiperactividad y las contracturas generan puntos gatillo dolorosos. Además, se ha demostrado que la DTM puede asociarse a mecanismos de sensibilización central, donde el sistema nervioso amplifica la percepción del dolor, incluso en ausencia de estímulos periféricos intensos.

Factores psicosociales

El estrés, la ansiedad y la depresión desempeñan un papel significativo en la génesis y mantenimiento de la DTM. Los hábitos parafuncionales como el bruxismo de vigilia o de sueño se relacionan con estados de hiperactividad muscular mantenida, que contribuyen al dolor y al desgaste articular.

Factores genéticos y hormonales

Investigaciones recientes sugieren que ciertas variantes genéticas relacionadas con la percepción del dolor y con el metabolismo de colágeno pueden predisponer a la DTM. Asimismo, la mayor prevalencia en mujeres en edad fértil apunta a un posible papel modulador de los estrógenos sobre la articulación y la percepción del dolor.

Procedimientos clínicos asociados

El abordaje clínico de la disfunción temporomandibular combina diagnóstico preciso con terapias conservadoras y, en casos específicos, intervenciones quirúrgicas.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en una historia clínica detallada, exploración física y, cuando es necesario, pruebas de imagen. Los criterios diagnósticos de investigación para los trastornos temporomandibulares (RDC/TMD) y su actualización en los DC/TMD constituyen los estándares internacionales. La exploración incluye palpación muscular y articular, medición de la apertura mandibular, análisis de ruidos articulares y evaluación de hábitos parafuncionales.

Las técnicas de imagen incluyen radiografías panorámicas, tomografía computarizada para evaluar estructuras óseas, y resonancia magnética nuclear como prueba de referencia para estudiar el disco articular y los tejidos blandos.

Tratamientos conservadores

Constituyen la primera línea terapéutica y se centran en reducir el dolor, restaurar la función y mejorar la calidad de vida. Entre ellos se encuentran:

  • Férulas oclusales: Dispositivos acrílicos diseñados para modificar la posición mandibular, reducir la sobrecarga muscular y proteger las estructuras dentarias.

  • Fisioterapia: Ejercicios de movilidad, técnicas de relajación muscular, terapia manual y electroterapia.

  • Farmacoterapia: Uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), relajantes musculares y, en algunos casos, ansiolíticos o antidepresivos tricíclicos en dolor crónico.

  • Terapias conductuales y psicológicas: Incluyen manejo del estrés, técnicas de relajación y terapia cognitivo-conductual.

Procedimientos mínimamente invasivos

Cuando el tratamiento conservador no es suficiente, se consideran técnicas como la artrocentesis, que consiste en el lavado articular mediante solución salina para eliminar mediadores inflamatorios, o la artroscopia, que permite además la lisis de adherencias y la reposición discal bajo control visual.

Cirugía abierta

Se reserva para casos graves de anquilosis, deformidades condilares severas o artrosis avanzada. Incluye procedimientos como meniscectomía, reposición discal, condilectomía o reemplazo protésico de la ATM.

Avances e innovaciones actuales

La investigación en DTM ha avanzado notablemente en los últimos años, incorporando nuevas tecnologías y enfoques multidisciplinarios.

Imagenología avanzada

La resonancia magnética de alta resolución y la tomografía computarizada de haz cónico (CBCT) han mejorado la capacidad diagnóstica, permitiendo una visualización precisa de estructuras óseas y de tejidos blandos como el disco articular y la sinovial.

Biomarcadores en fluidos articulares

Se estudian proteínas, citoquinas y enzimas presentes en el líquido sinovial como posibles biomarcadores de inflamación y degeneración, lo que podría permitir diagnósticos más tempranos y terapias personalizadas.

Terapias regenerativas

El uso de infiltraciones con ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas (PRP) y más recientemente células madre mesenquimales constituye una línea de innovación prometedora. Estos tratamientos buscan no solo reducir el dolor, sino también regenerar cartílago y tejidos articulares dañados.

Inteligencia artificial y predicción clínica

La aplicación de algoritmos de aprendizaje automático a grandes bases de datos cefalométricos, de imagen y de historia clínica abre la posibilidad de modelos predictivos de riesgo y respuesta terapéutica.

Abordaje multidisciplinar integrado

Se ha consolidado la visión de la DTM como una condición biopsicosocial, en la que intervienen factores físicos, emocionales y conductuales. Esto ha favorecido protocolos de tratamiento coordinados entre odontólogos, fisioterapeutas, psicólogos y especialistas en dolor orofacial.

La disfunción temporomandibular es un trastorno complejo y multifactorial que constituye una de las principales causas de dolor orofacial no dental. Su diagnóstico requiere una evaluación clínica rigurosa y, en muchos casos, el apoyo de pruebas de imagen. El tratamiento actual se basa en un enfoque escalonado, priorizando las terapias conservadoras y reservando las intervenciones quirúrgicas para casos refractarios.

Los avances en imagenología, biomateriales regenerativos y terapias biológicas apuntan hacia una odontología cada vez más personalizada y mínimamente invasiva, en la que el objetivo no se limita a aliviar los síntomas, sino a restaurar la función articular y mejorar la calidad de vida del paciente. En este sentido, la DTM representa un ejemplo paradigmático de cómo la odontología contemporánea integra ciencia básica, clínica y tecnología para abordar condiciones complejas de manera integral.

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