Licencias y permisos para abrir tu centro médico

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Licencias y permisos para abrir tu centro médico

Ismael Cerezo

Montar tu propio centro profesional —ya sea una clínica de fisioterapia, una consulta psicológica, un centro de estética o cualquier otra actividad que requiera un espacio físico— no es simplemente cuestión de encontrar un local y ponerle nombre. Detrás hay una serie de pasos legales, trámites administrativos y decisiones estratégicas que van a marcar la diferencia entre arrancar con buen pie o encontrarte con una sanción a los pocos meses.

Si estás pensando en emprender en este terreno, necesitas conocer bien el terreno legal que vas a pisar. Este artículo te lo desglosa todo con claridad, para que puedas ponerte en marcha con seguridad y confianza.

¿Qué es exactamente un centro profesional?

Antes de meternos en licencias y papeleo, conviene dejar claro a qué nos referimos con “centro profesional”. No hablamos simplemente de un local comercial. Un centro profesional implica la prestación de un servicio especializado, normalmente vinculado a titulaciones oficiales o competencias reguladas (como ocurre con abogados, psicólogos, fisioterapeutas, médicos, arquitectos, etc.).

Estos centros suelen implicar una interacción directa con el cliente en un espacio habilitado para ello, y deben cumplir ciertas normativas específicas según el sector. Esto es muy importante, porque los requisitos legales no son los mismos para un despacho de abogados que para una clínica de odontología.

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Paso 1: ¿Autónomo, sociedad limitada o cooperativa?

Una de las primeras decisiones legales es cómo vas a constituirte jurídicamente. Esta decisión impactará en tus obligaciones fiscales, tu responsabilidad legal, tu acceso a ayudas, e incluso en cómo perciben tu negocio los clientes.

  • Autónomo: la opción más sencilla para comenzar. Menos trámites iniciales, pero respondes con tu patrimonio personal. Ideal si vas a empezar solo, sin grandes inversiones ni riesgos.

  • Sociedad limitada (SL): más compleja de constituir, pero separa tu patrimonio del del negocio. Obligatorio si sois varios socios o si tienes previsto crecer.

  • Cooperativa o sociedad profesional: opciones menos comunes pero interesantes si vas a trabajar con otros profesionales colegiados y queréis compartir estructura.

Mi consejo: si estás empezando solo y el riesgo es bajo, empieza como autónomo. Si el proyecto es más ambicioso o va a implicar inversión fuerte, valora una SL.

Paso 2: Elección y adecuación del local

El local no es solo una cuestión estética o de ubicación. Debe cumplir con la normativa urbanística, sanitaria, de accesibilidad y de seguridad. Y esto va más allá de tener una puerta bonita o un suelo nuevo.

¿Qué debes tener en cuenta?

  • Uso del local: asegúrate de que el local tiene licencia de uso compatible con la actividad que vas a ejercer. Muchos locales están dados de alta como “comercial” pero no como “sanitario”, por ejemplo.

  • Accesibilidad: según la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad, tu centro debe ser accesible. Esto incluye entrada adaptada, aseo accesible, etc.

  • Instalaciones mínimas: ventilación, iluminación, insonorización (si corresponde), y condiciones higiénico-sanitarias según tu sector.

Lo ideal es consultar con un arquitecto o técnico antes de firmar el contrato de alquiler. Un error aquí puede implicar reformas costosas o incluso la imposibilidad de obtener licencias.

Paso 3: Licencia de apertura o actividad

Aquí empieza el verdadero meollo legal. Para abrir al público necesitas una licencia de apertura o actividad, que otorga el Ayuntamiento correspondiente. Este permiso acredita que el local cumple los requisitos para desarrollar la actividad que vas a ejercer.

Tipos de licencias

  • Comunicación previa o declaración responsable: para actividades inocuas o de poco riesgo. Simplemente presentas la documentación y puedes empezar, aunque pueden inspeccionarte después.

  • Licencia de actividad: para actividades calificadas, como centros sanitarios, actividades con riesgo (productos químicos, maquinaria, etc.), o que requieren un impacto medioambiental más alto.

En ambos casos tendrás que presentar un proyecto técnico firmado por un profesional (arquitecto, ingeniero…) y pagar las tasas municipales correspondientes.

Consejo práctico: acércate al departamento de urbanismo del Ayuntamiento donde esté el local y pide un informe urbanístico previo. Esto te ahorrará sorpresas.

Paso 4: Alta en Hacienda y Seguridad Social

Aunque parezca obvio, mucha gente da por hecho que con el alta en Hacienda ya está todo hecho. Nada más lejos. Vamos por partes:

  • Alta en Hacienda (modelo 036 o 037): aquí informas del inicio de tu actividad, tipo de actividad económica (IAE), régimen fiscal, dirección, etc.

  • Alta en RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos): obligatorio si te das de alta como autónomo.

  • Inscripción en la Seguridad Social como empresa: si vas a contratar empleados, necesitas un código de cuenta de cotización.

Y, por supuesto, tendrás que llevar tu contabilidad y declaraciones trimestrales al día: IVA, IRPF, pagos fraccionados, etc. Si no tienes experiencia en esto, apóyate en una gestoría. Te saldrá más barato que una multa.

Paso 5: Autorizaciones sectoriales específicas

Este es uno de los puntos más olvidados, pero también uno de los más delicados. Algunos sectores profesionales están regulados por normativa específica, y eso significa que no basta con tener un local habilitado. Necesitas una autorización especial del organismo competente.

Ejemplos:

  • Centros sanitarios: necesitan autorización sanitaria de funcionamiento, otorgada por la Consejería de Sanidad de tu comunidad autónoma.

  • Centros de formación: si expiden certificados oficiales, deben estar registrados y autorizados por Educación.

  • Servicios de seguridad o vigilancia: requieren autorización del Ministerio del Interior.

Estas autorizaciones suelen implicar inspecciones, presentación de planos, protocolos de actuación, seguros de responsabilidad civil, etc. Si tu actividad entra dentro de estas categorías, no puedes abrir sin ella, aunque tengas licencia municipal.

Paso 6: Seguro de responsabilidad civil

No es obligatorio en todos los casos, pero sí altamente recomendable (y, en muchos sectores, directamente exigido). Un buen seguro de RC te protege frente a demandas por daños personales, errores profesionales, accidentes en el centro, etc.

Por ejemplo, si eres fisioterapeuta y lesionas a un paciente accidentalmente, el seguro cubrirá posibles reclamaciones. Si eres psicólogo y alguien se hace daño por una mala praxis, también.

Revisa bien las coberturas y exclusiones. Hay seguros específicos para cada tipo de actividad profesional.

Paso 7: Protección de datos y cumplimiento legal

Cualquier centro profesional que trate datos personales debe cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Esto incluye desde tener un registro de actividades, hasta informar adecuadamente a los usuarios, firmar contratos con proveedores y proteger la información digital.

Si además almacenas historiales clínicos, fichas personales o datos sensibles, la exigencia legal es aún mayor. En estos casos, lo mejor es contar con asesoramiento especializado en LOPD.

Paso 8: Señalización, libro de reclamaciones y carteles obligatorios

Aunque pueda parecer un detalle menor, hay ciertos elementos obligatorios que deben estar visibles en tu centro:

  • Identificación del titular del centro y su número de colegiado (si aplica)

  • Horario de atención

  • Cartel de protección de datos

  • Libro de reclamaciones (físico o digital)

  • Cartel de licencia de apertura

  • Normas de uso del centro, si procede (higiene, cancelaciones, etc.)

No tener estos elementos puede conllevar sanciones, y además da una imagen poco profesional.

Cierre: ¿Cuánto cuesta abrir un centro profesional?

La pregunta del millón. Abrir un centro profesional puede costar desde 3.000 € en un caso muy básico, hasta más de 50.000 € si hablamos de una clínica con equipos, reformas y personal. Aquí una estimación general:

  • Adecuación del local: 3.000 € – 15.000 €

  • Licencias e informes técnicos: 1.000 € – 5.000 €

  • Alta como autónomo / constitución de SL: 100 € – 2.000 €

  • Seguro: 300 € – 1.000 € anuales

  • Mobiliario y equipamiento: 2.000 € – 20.000 €

  • Autorización sectorial (si aplica): variable según comunidad

  • Asesoría y gestoría: desde 50 € al mes

El mejor consejo: haz números antes de lanzarte, y ten un colchón para los imprevistos. Porque siempre los hay.

No se trata de un proceso imposible ni mucho menos. Pero sí requiere planificación, orden, y cumplir con la normativa paso a paso. Los errores por desconocimiento aquí se pagan caros, tanto en tiempo como en dinero.

Tómate tu tiempo, rodéate de buenos profesionales y no escatimes en la parte legal. Tener todo en regla desde el principio te permitirá centrarte en lo que de verdad importa: hacer crecer tu negocio, atender bien a tus clientes y vivir de tu profesión con tranquilidad.

¿Estás pensando en abrir un centro profesional? Déjamelo en los comentarios o contacta si tienes dudas específicas. No estás solo en este proceso.

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