La facturación de una clínica dental no es solo un trámite administrativo; es el motor que mantiene tu negocio funcionando. Si estás pensando en abrir una clínica dental, saber gestionar la facturación de forma eficiente te ayudará a cumplir con tus obligaciones fiscales, a cobrar puntualmente tus tratamientos y a mantener unas finanzas saludables. En esta guía práctica y completa, te explicamos todo lo que necesitas saber: desde cómo facturar cada tratamiento correctamente y manejar seguros, hasta qué software usar, qué indicadores KPIs vigilar y un caso real de inversión y payback para que inicies tu proyecto con seguridad.
Obligaciones fiscales de una clínica dental
Abrir y gestionar una clínica dental conlleva varias obligaciones fiscales y legales relacionadas con la facturación. Lo primero es dar de alta la actividad ante Hacienda (modelo 036/037) y asegurarte de conocer tu régimen fiscal. Las clínicas dentales en España, al ser parte del sector sanitario, están en su mayoría exentas de IVA en los tratamientos de salud bucodental (según el artículo 20 de la Ley del IVA). Esto significa que no repercutirás IVA a tus pacientes por esos servicios, pero igualmente debes llevar un control riguroso de tus facturas y cumplir otras obligaciones tributarias.
Debes emitir factura por cada tratamiento o servicio cobrado, aunque esté exento de IVA. Hacienda exige la emisión de facturas legales con numeración correlativa y sin saltos, fecha de expedición, datos fiscales de la clínica (NIF/CIF, nombre, dirección) y del paciente o cliente, detalle de los conceptos y precios. En caso de exención de IVA, la factura debe indicar el motivo legal de la exención, por ejemplo: “Factura exenta de IVA (artículo 20.1.5º de la Ley 37/1992)”. Además, si facturas a empresas o profesionales (por ejemplo, colaboraciones con aseguradoras u otros dentistas), podrías tener que aplicar retención de IRPF en la factura si operas como profesional autónomo.
En cuanto a impuestos, una clínica dental debe presentar sus declaraciones periódicas igual que cualquier otro negocio. Esto incluye, si corresponde, el modelo 303 de IVA trimestral (incluso si la mayoría de servicios están exentos, se declara si realizas actividades sujetas a IVA, como venta de productos o tratamientos estéticos gravados). También conlleva los pagos fraccionados de IRPF (modelo 130) si operas como autónomo, o el Impuesto de Sociedades trimestral si eres una sociedad, así como los resúmenes anuales (modelo 390 de IVA, modelo 100 de IRPF o 200 de Sociedades). Asimismo, se deben presentar modelos informativos como el 347 (operaciones con terceros que superen los 3.000 € anuales) y retenciones como el 111 (retenciones de nóminas o profesionales) si aplican.
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Cumplir con estas obligaciones fiscales requiere organización: lleva un libro de ingresos y gastos actualizado, conserva todas las facturas emitidas y recibidas durante al menos 5 años (Hacienda puede solicitarlas en inspecciones) y considera contar con un asesor fiscal o un software de facturación que te ayude a automatizar estos procesos. Recuerda que en los próximos años entrará en vigor la facturación electrónica obligatoria para negocios en España, por lo que conviene que tu sistema de facturación esté preparado para emitir facturas digitales certificadas según la normativa.

¿Cómo facturar los tratamientos dentales?
Una de las dudas más comunes al emprender en el sector odontológico es cómo facturar correctamente cada tratamiento. En esencia, la factura de un servicio dental debe cumplir los mismos requisitos que cualquier factura estándar, con algunos matices propios del sector sanitario. A continuación, se resumen los puntos clave para facturar tratamientos dentales:
- Datos completos: Incluye en la factura el número correlativo que corresponda, la fecha de emisión, los datos de tu clínica (nombre fiscal, CIF/NIF, domicilio) y los datos del paciente o cliente. Si el paciente es un particular, normalmente basta con su nombre completo y DNI/NIF; si es una empresa (p. ej., una mutua o aseguradora), se indicará su CIF y denominación.
- Descripción detallada del tratamiento: Detalla cada servicio realizado. La ley obliga a los dentistas a desglosar los tratamientos en la factura, evitando términos genéricos. En lugar de poner simplemente “Tratamiento dental” o “Producto sanitario”, especifica por ejemplo: “Limpieza bucal (profilaxis)”, “Extracción molar”, o “Rehabilitación mediante prótesis completa”. Si el tratamiento se compone de varias fases (diagnóstico, cirugía, prótesis, etc.), puedes listar cada una por separado con su coste. También refleja, si corresponde, los honorarios de laboratorio o materiales protésicos por separado.
- Precio y fiscalidad: Indica el precio unitario y total de cada concepto. Al final, muestra el subtotal, el IVA aplicado (si lo hay) y el total a pagar. Para la mayoría de tratamientos de salud dental, aplicarás IVA 0% por estar exentos; en esos casos recuerda señalar en algún lugar de la factura la frase de exención legal. Si has realizado un tratamiento estético (por ejemplo, blanqueamiento puramente cosmético o carillas estéticas no relacionadas con salud), a ese servicio sí le corresponde IVA (21% en España), que deberás desglosar en la factura. Es posible que una misma factura tenga partidas exentas y partidas sujetas a IVA; en tal caso, especifica claramente cuáles llevan IVA y calcula bien los totales por separado.
- Identificación del documento: Asegúrate de que el documento se titule explícitamente como “Factura” (mejor que “Recibo” o similares), para que tenga validez plena. Esto parece obvio, pero es importante destacarlo: la palabra factura debe leerse claramente en el encabezado.
Además de los contenidos, hay que tener en cuenta cuándo emitir la factura. Lo habitual es entregarla al paciente en el momento del pago o finalización del servicio. De hecho, para clientes particulares, la normativa indica que la factura se emita inmediatamente tras prestar el servicio, al momento de cobrar. Si el cliente es un profesional o empresa (por ejemplo, una aseguradora que te paga tratamientos de sus asegurados), la ley permite emitir la factura hasta el día 15 del mes siguiente a la prestación; no obstante, es recomendable no demorar la facturación.
En tratamientos de larga duración (p. ej., ortodoncias, implantes con varias fases), no esperes a concluir todo el plan para facturar. Lo aconsejable es facturar por fases o visitas. Por ejemplo, en un tratamiento de ortodoncia podrías emitir una factura tras el estudio y diagnóstico inicial, otra por la colocación de brackets, otra por controles mensuales (agrupados quizá en una sola factura mensual) y la final al retirar aparatos. Así llevas un control cercano de los ingresos y el paciente tiene claridad sobre lo que paga en cada etapa. Igualmente, si el paciente realiza un pago anticipado (por ejemplo, financia el tratamiento y abona una parte por adelantado antes de recibirlo completo), deberás emitir una factura por ese anticipo en el momento en que se cobra.
Resumiendo, facturar los tratamientos dentales correctamente implica ser detallista y diligente: cada acto clínico debe reflejarse con precisión en la factura, y cada cobro debe ir acompañado de su respectivo documento. De esta forma, tu clínica estará al día con Hacienda y tus pacientes valorarán la transparencia.
Plantillas de facturación y ejemplos reales
Contar con un modelo o plantilla de factura te facilitará mucho la tarea de facturar. Existen plantillas de factura específicas para clínicas dentales que puedes encontrar en formatos Excel, Word o PDF, e incluso en programas de facturación gratuitos. Estas plantillas suelen incluir todos los campos obligatorios (número, fecha, datos fiscales, descripción, importes, etc.) y se pueden personalizar con el logo de tu clínica y diseño corporativo, dando un aspecto profesional a tus documentos.
Veamos un ejemplo sencillo de facturación en una clínica dental para ilustrar cómo se plasma todo lo anterior: Imagina que un paciente acude a tu consulta y se realiza dos procedimientos en la misma cita: una limpieza bucal y un blanqueamiento dental estético. La factura para este caso podría quedar así:
- Conceptos: 1) Limpieza bucal (profilaxis) – 50€ (servicio exento de IVA por ser tratamiento sanitario). 2) Blanqueamiento dental estético – 100€ + 21% IVA = 121€ (servicio con IVA al 21% por ser estética).
- Desglose y total: Base imponible total = 150€ (50€ exentos + 100€ sujetos a IVA). IVA 21% sobre 100€ = 21€. Total factura = 171€.
- Datos adicionales: Se indican la fecha y el número de factura correlativo (por ejemplo, 2023-0005), los datos de la clínica y del paciente. En la sección de “Observaciones” o “Términos” de la factura, se añade la mención legal “Factura exenta de IVA (artículo 20.1.5º Ley 37/1992)” para dejar claro que la limpieza está exenta por ley.
Este sería un caso de factura mixta con una parte exenta y otra gravada. En otros casos, la factura puede ser 100% exenta (si todos los tratamientos son sanitarios) o 100% gravada con IVA (si es solo un tratamiento estético). Siempre verifica la naturaleza del servicio para aplicar correctamente el impuesto.
Si prefieres simplificar, puedes optar por emitir facturas separadas: por ejemplo, una factura solo por el blanqueamiento (con IVA) y otra por la limpieza (exenta). Esto no es obligatorio, pero a veces ayuda a evitar confusiones en el documento. Lo importante es que, de un modo u otro, todos los ingresos queden facturados adecuadamente.
Para facilitar la elaboración de tus facturas, utiliza las plantillas mencionadas o, mejor aún, un software de gestión (como veremos más adelante). Un buen hábito es revisar cada factura antes de entregarla o enviarla al paciente: comprobar que los importes suman correctamente, que los datos están completos y que has incluido cualquier detalle requerido (por ejemplo, el número de colegiado del odontólogo si aplica o la referencia de la póliza de seguro dental del paciente si lo pide para reembolso).
Gestión de cobros y seguros en la clínica dental
Emitir la factura es solo la mitad del proceso: la otra mitad es cobrar efectivamente esos importes. La gestión de cobros en una clínica dental debe ser muy cuidadosa, ya que de ella depende la liquidez del negocio. En general, los pacientes particulares pagan sus tratamientos en el momento (en efectivo, con tarjeta o mediante financiación); sin embargo, pueden surgir situaciones de impagos o pagos aplazados que hay que saber manejar. Por otro lado, si trabajas con seguros dentales o mutuas, también tendrás que gestionar facturación y cobros con esas entidades.
Para minimizar el riesgo de impagos, muchas clínicas establecen políticas claras desde el inicio: por ejemplo, exigir un porcentaje del presupuesto por adelantado en tratamientos de alto coste (implantes, ortodoncia), ofrecer facilidades de pago fraccionado pero con calendario acordado, o retener la entrega de prótesis definitivas hasta recibir el pago completo. Es fundamental explicar con transparencia las condiciones de pago al paciente desde el principio, de manera cercana pero firme. Un paciente informado es más propenso a cumplir.
En el día a día, ofrece a tus pacientes distintas formas de pago: efectivo, tarjeta de crédito/débito, transferencia bancaria e incluso pagos móviles. Cuantas más facilidades, menos barreras para cobrar. Si tu clínica ofrece financiación (ya sea propia o a través de entidades colaboradoras), gestiona cuidadosamente los contratos y asegúrate de que las facturas correspondientes se emiten conforme se van realizando los cargos o etapas del tratamiento financiado.
La relación con las aseguradoras dentales merece un capítulo aparte. Si trabajas con compañías de seguros (por ejemplo, eres clínica concertada de seguros como Adeslas, Sanitas, DKV, etc.), normalmente tendrás acuerdos de tarifas y deberás facturar a la aseguradora los tratamientos cubiertos. En estos casos:
- A menudo usarás plataformas o modelos de factura específicos que la aseguradora exige, indicando el número de póliza del paciente, códigos de tratamiento, etc.
- Los seguros suelen pagar a 30, 60 o 90 días, por lo que deberás llevar un control de cuentas por cobrar a estas entidades.
Es importante registrar cuándo se facturó a la aseguradora y confirmar luego la recepción del pago en la fecha prevista.
Si el paciente tiene un seguro de reembolso (es decir, paga primero al dentista y luego su aseguradora le reembolsa una parte), tu función es emitir una factura detallada que el paciente presentará a su seguro. Procura incluir en la factura toda la información que el seguro pueda requerir (por ejemplo, código del diente tratado, códigos internacionales de procedimiento si los proporcionan, etc.) para evitar que rechacen el reembolso por falta de datos.
En cuanto al seguimiento de cobros, apóyate en herramientas como un registro de pagos pendientes. Revisa periódicamente qué facturas están sin cobrar o qué plazos de financiaciones internas están por vencer. Un método efectivo es enviar recordatorios amistosos a los pacientes que tengan pagos programados o pendientes, ya sea vía telefónica, SMS o email. En la mayoría de los casos, los retrasos se resuelven con comunicación cordial. Si alguna factura llega a volverse morosa, es recomendable contar con procedimientos claros: por ejemplo, aplicar recargos por demora (si se ha informado previamente), ofrecer planes de pago revisados o, en última instancia, recurrir a servicios de cobro de impagados en casos extremos.
En síntesis, gestionar bien los cobros significa asegurar que el trabajo realizado se traduzca en ingresos reales. Una clínica con una facturación excelente en papel puede tener problemas si no cobra a tiempo. Por ello, dedica atención a esta tarea administrativa: la salud financiera de tu clínica lo agradecerá.
“Notamos que una facturación clara y ofrecer opciones de pago flexibles aumentaron la confianza de nuestros pacientes. Ahora cobramos más rápido y con menos complicaciones.”
— Carlos S., gerente de Clínica Dental Sonrisa.
Software de facturación para clínicas dentales
Apoyarse en la tecnología es casi imprescindible hoy en día para llevar la facturación de una clínica de forma eficaz. Un buen software de facturación o de gestión dental puede automatizar gran parte del trabajo administrativo y reducir errores humanos. ¿Qué puede hacer por ti una herramienta de este tipo? Por ejemplo:
- Generar facturas profesionales en segundos con los datos del paciente ya cargados (evitando tener que escribir todo en cada ocasión).
- Aplicar automáticamente las exenciones de IVA o los impuestos correspondientes según el tipo de tratamiento, con configuraciones predefinidas (así no olvidas indicar la exención en una factura).
- Gestionar un historial de facturas numeradas correlativamente, conservar copias digitales de cada una y facilitar su búsqueda por paciente, fecha, importe, etc.
- Controlar los cobros: marcar qué facturas están pagadas y cuáles pendientes, enviar recordatorios de pago automáticamente a los pacientes o alertas internas para hacer seguimiento.
- Integrarse con la gestión clínica general: muchos software odontológicos combinan la agenda de citas, el historial clínico del paciente y la facturación. De este modo, desde la misma plataforma puedes registrar el tratamiento realizado y emitir la factura correspondiente, todo vinculado a la ficha del paciente.
- Generar reportes y KPIs: la mayoría de programas permiten visualizar estadísticas de facturación mensuales, por tratamiento, por odontólogo, etc., lo que te ayudará con el análisis del negocio (tema que tratamos en la siguiente sección).
Existen numerosos programas en el mercado adaptados a clínicas dentales. Algunas opciones populares incluyen software especializados como Gesden, Clinic Cloud, Dentalink, Dentidesk, entre otros, que ofrecen funcionalidades integrales para clínicas. También hay soluciones de facturación generalistas (Factusol, Contasimple, Quipu, etc.) que pueden servir, aunque no tendrán funciones clínicas. Al elegir, fíjate en que el programa cumpla con la normativa vigente (por ejemplo, que esté adaptado a la “Ley Anti-fraude” 11/2021, que impide manipular facturas una vez registradas, y a la futura facturación electrónica obligatoria).
La inversión en un buen software suele amortizarse rápidamente en forma de tiempo ahorrado y errores evitados. Imagina poder generar en unos clicks las facturas de todo el día, o sacar un informe de qué tratamientos te generan más ingresos al trimestre, sin tener que cuadrar datos a mano. Además, muchos de estos programas permiten emitir las facturas directamente en formato electrónico (PDF, Facturae) e incluso enviarlas por email al paciente, lo que mejora la comodidad y la imagen innovadora de tu clínica.
“Implementar un software de facturación dental supuso un antes y un después. Ahora controlamos todos los cobros al detalle y el tiempo de administración se redujo drásticamente.”
— Laura M., directora de Clínica Dental SaludArte.

KPIs e indicadores clave de facturación
Para gestionar eficientemente cualquier negocio, incluida tu clínica dental, debes apoyarte en los indicadores clave de rendimiento (KPIs). Estos datos te permitirán evaluar la salud financiera y operativa de la clínica y detectar áreas de mejora. En el ámbito de la facturación y las finanzas de una clínica dental, algunos KPIs importantes son:
- Facturación mensual y anual: ingresos totales generados cada mes y en el año. Monitorizar la evolución mensual te deja ver estacionalidades (por ejemplo, meses fuertes como enero tras las vacaciones, o bajones en agosto) y comparar con años previos para medir el crecimiento.
- Ingreso medio por paciente: cuánto factura en promedio tu clínica por cada paciente atendido. Se calcula dividiendo la facturación total en un periodo entre el número de pacientes únicos atendidos. Un ingreso medio alto puede indicar que los pacientes realizan tratamientos de mayor valor o varios tratamientos, mientras que uno bajo puede señalar necesidad de ampliar la oferta de servicios o mejorar la tasa de aceptación.
- Tasa de aceptación de presupuestos: porcentaje de tratamientos propuestos (presupuestados) que finalmente el paciente acepta y se realizan. Por ejemplo, si de cada 10 planes de tratamiento que presentas, 7 se llevan a cabo, tu tasa de aceptación es del 70%. Este indicador mezcla factores clínicos y comerciales, pero impacta directamente en la facturación: mejorar la comunicación y confianza con el paciente para que siga tus recomendaciones elevará esta tasa y, por ende, tus ingresos.
- Periodo medio de cobro: es el tiempo promedio que tardas en cobrar tus facturas desde que se emiten. Idealmente debería ser cercano a 0 días para pacientes particulares (que pagan al momento), pero si haces trabajos para terceros (aseguradoras, empresas) puede alargarse a varias semanas. Controlar este KPI te alerta sobre posibles problemas de liquidez; por ejemplo, si tu periodo medio de cobro se está extendiendo porque muchos pacientes financian pagos o alguna mutua se retrasa, quizá necesites tomar medidas (más recordatorios, renegociar plazos, etc.). Una clínica bien gestionada intentará mantener este periodo por debajo de 30-45 días.
- Margen de beneficio neto: es la proporción de beneficio que obtienes sobre tus ingresos, después de restar todos los gastos (materiales, personal, alquiler, impuestos, etc.). Se expresa en porcentaje. Conocer tu margen (por ejemplo, 15% anual) te dice cuánto de cada euro facturado realmente es ganancia. En el sector dental, un margen saludable puede rondar el 10-20%. Si este indicador baja, debes revisar si los costos están aumentando más que la facturación o si necesitas optimizar gastos.
Además de estos, podrías considerar otros indicadores como el número de pacientes nuevos vs. recurrentes (que impacta en futuras facturaciones), la tasa de ausencias o cancelaciones (citas no realizadas son ingresos perdidos) o la productividad por odontólogo o gabinete (facturación generada por cada dentista o por cada sala de tratamiento). Cada clínica puede definir sus KPIs más relevantes según sus objetivos (crecimiento, rentabilidad, calidad de servicio, etc.).
Lo importante es registrar estos datos y revisarlos periódicamente, por ejemplo mensualmente o trimestralmente. Apóyate en tu software de gestión para recopilarlos automáticamente. Al analizar los KPIs podrás tomar decisiones informadas: quizá descubras que un tipo de tratamiento es especialmente rentable y decidas potenciarlo, o que los martes tienes pocos pacientes y podrías hacer promociones para aumentar la ocupación, etc. La facturación no debe verse solo como números, sino como información valiosa para dirigir tu clínica.
“Revisamos cada mes indicadores como los ingresos por paciente y el tiempo medio de cobro. Tener estos datos nos ayudó a tomar mejores decisiones y a aumentar la rentabilidad de la clínica.”
— Dr. Javier R., propietario de Clínica Dental Rivera.
Caso real: Cherry Health – inversión y payback en una clínica dental
Hablemos ahora de la rentabilidad y el retorno de la inversión al abrir una clínica dental, ilustrándolo con un caso real. Cherry Health, una empresa especializada en asesorar a clínicas dentales, señala que para montar una clínica básica pero competitiva se recomienda una inversión mínima de unos 80.000 €. Por debajo de esa cifra, es fácil que se comprometan aspectos esenciales y peligre la viabilidad del negocio. Esta inversión inicial cubre gastos como adecuación del local, equipamiento clínico, mobiliario, licencias, marketing inicial y fondo de maniobra para los primeros meses.
Una vez en marcha, ¿en cuánto tiempo se recupera esa inversión? Según datos del sector recopilados por Cherry Health, el periodo medio de retorno de la inversión (conocido como payback) para una clínica dental nueva suele estar entre 24 y 36 meses, es decir, alrededor de 2 a 3 años para recuperar completamente el capital invertido. Obviamente, cuanto menor sea la inversión inicial o mayor sea la facturación y beneficios anuales, más corto será el payback. Por ejemplo, si inviertes 100.000 € en abrir la clínica y ésta genera unos 40.000 € de beneficio neto al año, recuperarías tu inversión aproximadamente en 2 años y medio.
En la realidad, cada proyecto es un mundo: factores como la ubicación de la clínica, la competencia en la zona, la capacidad para atraer pacientes desde el inicio y el control de gastos operativos pueden acelerar o ralentizar este retorno. Cherry Health comenta que con una buena elección del local, una estrategia comercial efectiva y una gestión optimizada, es factible lograr que la clínica alcance la rentabilidad en su primer año e incluso casos de payback muy rápidos. Sin embargo, no es lo común; lo prudente es planificar con un horizonte de 2-3 años para empezar a ver beneficios netos acumulados equivalentes a la inversión inicial.
El aprendizaje aquí es que una buena gestión de la facturación y de los costos de la clínica incide directamente en la rentabilidad. Si controlas tus gastos, evitas impagos y potencias los ingresos (por ejemplo, aumentando la tasa de aceptación de tratamientos y atrayendo pacientes), estarás acortando el camino hacia el equilibrio y beneficios. En otras palabras, llevar al día la facturación no solo cumple un rol administrativo, sino que es una pieza estratégica para que tu clínica dental sea sostenible y exitosa en el tiempo.